El arte de remunerar el arte

Escribir se ha convertido en mi oficio en estos últimos meses. A tiempo completo. Es decir, escribir se ha convertido en mi trabajo.

¿Y cuál es una de las características principales que definen el trabajo? La compensación, la remuneración.

Siento la redacción esquemática y directa de este texto, pero siento la necesidad de que todo el mundo entienda el mensaje.

El concepto “gratis” es erróneo. No existe en realidad. No hay nada gratis en esta vida. Puede que uno no tenga que pagar por recibir un bien o un servicio, pero eso no significa que dicho bien o servicio sea “gratis”, sino que el coste inevitablemente asociado ha sido asumido por alguien distinto al receptor del mismo. En términos económicos, este efecto se llama «externalización de costes».

El arte, o dicho de otra manera, la cultura “de consumo” como la literatura, la música, la pintura, o la magia, han de ser creadas por el ser humano. Hay veces que el resultado de dicha creación es más satisfactorio y otras menos. Pero siempre implica un sacrificio, una dedicación, un oficio.

Dicho de otra manera, el arte no es una expresión propia de la naturaleza, sino la máxima demostración creativa del ser humano a través del trabajo.

Es por tanto que el arte debe ser remunerado. Sin excusas, sin excepciones.

A lo largo de toda esta maravillosa experiencia que me ha supuesto escribir Todo recogido entre piel he tenido la oportunidad de experimentar, sentir, errar y aprender, hacer y deshacer, pero sobre todo de crear. Crear para mi pero también para los demás. Para ti, estimado lector.

Y crear ha consumido recursos. Yo no he dejado de comer porque estoy creando arte. Mis cosas no han dejado de romperse porque estoy creando arte. ¡Ser escritor no ha sido impedimento ni tan siquiera para ser víctima de un robo!

Pero aún así me encuentro con empresas que quieren distribuir mi libro sin permiso a un precio inferior al establecido por mi mismo, haciéndome competencia desleal con mi propio producto. Y a clientes dispuestos a hacerse con dicho título para ahorrarse «un par de euros».

Pero aun así me encuentro con intentos de falsificación y piratería o, lo que es lo mismo, robo.

Todos estaremos de acuerdo (o debiéramos estarlo) que la capacidad artística de un país es uno de los aspectos más importantes que determinan su nivel de desarrollo. No tanto los millones en los que se valora su liga de futbol, la cantidad de armas disponibles, ni tan siquiera la renta per cápita.

Si esto es así, ¿por qué nos negamos a pagar a los autores? ¿Por qué creemos que el arte es gratis?

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#Escritor#Koldo Gutiérrez#Literatura

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