Piel conocida

La luz de un nuevo día se abre paso tras las cortinas,
El telón del gran teatro de los sueños.
Las tinieblas sucumben una vez más,
Y la batalla que se libra ahí fuera se cobra su nueva primera víctima,
Tan inocente como su verdugo;
El ocaso de la noche atraviesa mi piel,
Lanceada como en un sacrificio,
Inútilmente humano,
Contra propios y extraños.

Mi piel, en respuesta,
Herida como está,
Busca protección,
Y estira los brazos creando un abrazo tan vacío
Como el que se da en soledad,
Como el que se recibe de uno mismo,
Un abrazo de hielo,
De piel conocida.

Y mi piel, en respuesta,
Estira hasta la punta del dedo más perezoso de mi cuerpo.
Busca algo.
Mi piel es sabia.
Te busca a ti.
Pero tú no estás,
Nunca lo estuviste.

Y mi piel, que es sabia,
Se estremece como cuando siente miedo
Y se arruga en busca de la única protección que siempre nos acompaña
Nosotros mismos,
Nuestra piel,
Ella misma.
Porque mi piel es sabia
Y sabe que,
Tras el abrazo de un adiós
Llega esa conocida maravilla que es la soledad,
Piel con piel,
Abrazos únicos como los de siempre,
Incluso antes de ser,
Antes de ver la luz que ahora me atraviesa y me devuelve a la vida,
Como antes de la vida,
Abrazado a mí.

Koldo Gutiérrez

Compartir en:
Pin Share